Tomaditos de la mano
por el sendero van
los dos changuitos serranos
camino a Tucumán.
Esa noche la lunita
brilló mucho, mucho más,
para alumbrar el camino
que los lleva a Tucumán.
Y llegaron muy contentos
con ganitas de cantar
y decirle a todo el mundo:
¡Viva, viva Tucumán!
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